Es más que simple...Una petit bandeja de madera, pintada con acrílico negro. Dos manos, por favor.
Y un sténcil de esos que comprás en cualquier artística. La técnica para estamparlo ya la vimos: pincel de cerda tipo brocha, pintura marfil para nada abundante (se aconseja descargar lo máximo posible en una servilleta de papel) y pasás sobre el sténcil como si estuvieras poniendo rubor en unas mejillas. Señores: eso significa movimientos en círculo, suavemente. No sea cosa que, al no explicar esto tan obvio, se me quejen los hombres de que me dirijo sólo a mis contertulias.
Acordate que el sténcil lo fijás con cinta de enmascarar (bah, de pintor) para que no se ande moviendo. Queda muy bien si el efecto es como esfumado pero no tanto. Quiero decir, que no es nesario(je) que el dibujo quede moooooi moooooi marcado.
Sacás el sténcil. Y le das a la bandejita dos manos de barniz, si querés brillante, si querés satinado.
Y ahí ponés el salero y el pimentero que te regalaron o que te compraste en los chinoises.
Cuando lo pongas en la mesa, no te olvides de esa cara tipo mirtalegranesca como diciendo: miren qué finura la mía.
Bon appetit.
Aclaro para que no oscurezca: la bandeja también la podés comprar, pero si te das maña para armarla, acá van las medidas, de acuerdo a los señores sal y pimienta:
base: fibro de 3 mm de 18 por 10, aproximado
frente y fondo, que van estampados: fibro de 5 mm de 17 por 3.
laterales: fibro de 5mm de 10 por 3 ( y si te animás le calás un rectangulito por donde agarrar)
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